Estébanez viste una sudadera de marca Three Stroke,[3] identificada como simbología skinhead neonazi.[7][5] Esa misma noche fue recluido en Soto del Real y luego trasladado a Alcalá Meco en espera de juicio.[2][9][10] En todo momento el acusado intentó desvincularse del movimiento ultra,[4] a pesar de que diversas asociaciones fascistas y neonazis le mostraron abiertamente su apoyo.Fue además la primera vez que la justicia española aplicaba el agravante de motivos ideológicos en una condena.[9][11][3] Tras la muerte de Palomino, su madre, Mavi Muñoz, se ha convertido en activista antifascista.[15] Los colectivos antifascistas colocaron hasta en cuatro ocasiones placas en las bocas de Metro donde había fallecido Carlos Palomino, pero siempre eran vandalizadas.[3][25][12] En 2017, décimo aniversario del crimen, fue convocada una manifestación en Madrid a la que acudieron unas mil personas.