Las causas de la guerra se encuentran en las pretensiones del monarca castellano sobre las tierras del reino de Murcia y el sur del reino de Valencia, incluyendo Murcia, Elche, Alicante y Orihuela.
[1] Pedro el Cruel, que se encontraba en el mencionado puerto, requirió a Perellós que abandonara su presa y como este no lo hizo, se quejó a Pedro el Ceremonioso, que tampoco le hizo caso.
[2] El rey de Castilla embarcó en Sevilla y persiguió con algunas galeras a Perellós hasta Tavira pero no pudo atraparlo.
Si hasta aquel momento habían tenido hostilidades, a principios de 1357 se declaró la guerra.
Pedro el Ceremonioso rompió dicha tregua en agosto recuperando Tarazona.