El racimo aparece del tallo que surge entre las hojas y florece en todo su esplendor durante varias semanas.
Por dentro está la auténtica raíz, que contiene clorofila y presenta color verde.
Es preferible cultivar esta planta en invernadero cálido, donde la temperatura pueda variar de 16 a 38 °C.
Normalmente al final del invierno o en la primavera, después de la floración.
Venden abonos especiales para ellas, pero basta con usar un abono para plantas de interior reduciendo su dosis a la cuarta parte, que aplicaremos cada 10-15 días en la floración y el resto del tiempo esporádicamente.
Cuando el sustrato es escaso es preferible utilizar abonos foliares ya que la escasez de sustrato favorece que el abono entre en contacto directo con las raíces con riesgo de quemarlas.
Entonces regar el día anterior al abonado y dar otro riego muy ligero antes de poner el fertilizante.
Producen innumerables semillas, pero difíciles de germinar como no estén en simbiosis con un hongo.
Por lo cual, el método más fácil es mediante Keikis ( hijuelo que la planta madre emite en la vara floral, tras la floración ).
Una vez el keikis ha emitido unas raíces pequeñas se puede separar de la planta madre.
y publicado en Bulletin du Jardin Botanique de Buitenzorg, sér.