Ingresó en la Orden de San Francisco y profesó en la provincia de San José.
Sus conocimientos y su carácter llamaron la atención del papa Clemente XII, que le nombró arzobispo de Nísibe el 24 de noviembre de 1738.
[1] Siendo guardián del convento de la Purísima Concepción de la villa de Barajas, cercana a Madrid, de la provincia de San José de Menores Descalzos de nuestro padre San Francisco, el reverendo padre fray José Calzado, natural de Bolaños, media legua de Almagro, partido de Calatrava, sucedió que entre las muchas veces que iba y venía a la Corte a confesar a Madama Laura, como penitenciario que era de esta señora, Dama de la Reina Doña Isabel Farnesio, salió una tarde para retirarse a su destino; iba en su compañía el mozo del convento con los machos que llevaban el socorro de varias limosnas, precisas para mantener sus pobres súbditos, que lo pasaban estrechamente por la esterilidad del año.
Llegaron al puente llamado del Espíritu Santo, que hace transitable el arroyo Griñigal, muy célebre por sus acogidas, cuando les asaltaron unos gitanos, que vale decir ladrones[2].
Carlos III elige para sucederle a otro franciscano: el Padre Joaquín de Eleta.