Las provincias debieron igualmente volver atrás y en Córdoba quedó vigente la Constitución de 1923 por disposición del Decreto-Ley 3718.
El sistema de partidos políticos se hallaba en profunda crisis por la irreconciliable separación entre los antiperonistas y los no peronistas, que ahora competían por la conquista del electorado mayoritario sin representación que no incluía al peronismo, que había sido declarado ilegal y cuyos bienes habían sido incautados por orden del gobierno militar.
Además, los individuos que hubieran sido funcionarios, agentes designados o responsables de la organización partidaria del peronismo fueron declarados "inhábiles" para ocupar cargos públicos o actuar en cargos partidarios hasta una fecha que fijaría el próximo gobierno constitucional.
En ese contexto, se produjo la división del radicalismo entre la UCRP, sector antiperonista liderado por el excandidato presidencial Ricardo Balbín, y la UCRI, sector no peronista liderado por Frondizi.
Al conformarse el Comité Provincial de la UCRI en Córdoba, Arturo Zanichelli, que pertenecía a la facción interna minoritaria del radicalismo, se incorporó a esta fuerza política.
Pero los peronistas, en muchos casos en alianza con los comunistas, volvieron a ganar la mayoría de los sindicatos.
La familia Zanichelli, que residía en una casona sobre el bulevar Castro Barros al 300, se instaló en uno de los chalés levantados en el extenso predio de la nueva sede gubernativa.
Las huelgas se sucedieron durante agosto a noviembre de ese año afectando especialmente a Córdoba, donde se sumaro pequeños chacareros afectados por el fuerte aumento del inmobiliario rural, Frondizi anunció que se convocaría a personal militar para realizar las tareas, para lo cual el ministerio de Defensa ordenó a todo el personal en situación de retiro que actualizara sus domicilios en un plazo no mayor de 72 horas.
Diversos gremios sostuvieron un prolongado enfrentamiento con Zanichelli el congelamiento salarial a los docentes decretado por el gobernador desató las protestas de los gremios docentes e inició un largo conflicto que dejó 73 jornadas de clases perdidas en paros docentes semanales sucesivos de 72 horas o más y, entre otras medidas.1 El incremento del gasto público no tuvo correlato con el crecimiento real de la actividad económica y la recaudación, forzando al endeudamiento público que asumió progresivamente la forma de crisis fiscal.
Con frecuencia, Zanichelli se sentía resentido en su salud, por lo que el vicegobernador Reale debió remplazarlo en distintas oportunidades.
R. Fraga,en el que acusaba al gobernador de haber entregado armas a "milicias civiles adictas" para sustituir a la policía en los días iniciales de la huelga.
La pronta incorporación de Álvaro Alsogaray al gabinete nacional, quien llegó a detentar simultáneamente las carteras de economía y trabajo, marcó la creciente dureza que el gobierno nacional comenzó a exhibir contra el peronismo.
Toda la prensa lo calificó como "un atentado terrorista", y generalmente se afirmó que había sido promovido, dirigido y realizado por grupos peronistas, con apoyo del gobierno de la provincia.
Anteriormente, en 1958, el coronel Sánchez había acusado a Zanichelli —en un informe presentado al Comando en Jefe del Ejército— de "promover la formación de milicias civiles adictas, integradas por peronistas e izquierdistas".
Paralelamente, los militares detuvieron a los máximos dirigentes del peronismo cordobés, entre ellos, Raúl Bercovich Rodríguez, Armando Andruet y Julio Antún y se detuvo a numerosos dirigentes sindicales que nada tenían que ver con el presunto atentado.
Asimismo, Jorge Maldonado, secretario del comité central del Partido Demócrata, afirmaba que los culpables del atentado debían ser buscados en "los sectores integracionistas, tan solicitados en sus voros por el señor gobernador para los próximos comicios, con quienes pacta entrevistas desconcertantes a cambio de sufragios" .
[cita requerida] El 22 de abril, el coronel Sánchez solicitó por nota al juez Gilly la entrega de los detenidos, sin aclarar por cuánto tiempo ni dónde los alojaría.
“Vengo a ver cómo me degüellan mis amigos”, fueron las inolvidables palabras pronunciadas por el gobernador Zanichelli mientras presenciaba la votación de la ley intervencionista en el Congreso de la Nación Argentina.
[8] En la Provincia de Córdoba, distintos espacios y establecimientos públicos llevan el nombre del gobernador Arturo Zanichelli: