Arturo Carrera

En esos días iniciáticos de Pringles, Carrera y Aira cultivaron una intensa amistad intelectual, por la cual compartieron sus primeras experiencias literarias.Allí, el poeta conoce a Alejandra Pizarnik, que participa en la presentación de su primer libro, Escrito con un nictógrafo, publicado en 1972.Desde entonces, la poesía de Carrera unirá un gesto fuertemente vanguardista con la profunda recreación de una rica tradición poética argentina, en cuyo canon personal se hallan Juan L. Ortiz, Oliverio Girondo, Baldomero Fernández Moreno y la propia Pizarnik.Su poesía ha sido traducida al portugués, italiano, francés, sueco e inglés y forma parte de numerosas antologías: • Nacen los otros, Rosario: Beatriz Viterbo Editora, 1993.• Arturo Carrera, Alfredo Prior, Niños que nacieron peinados, Buenos Aires: Enargeis-Estación Pringles, 2007.[4]​ • Teresa Arijón, Arturo Carrera, Edgardo Ruso, El libro de la luna, Buenos Aires: El Ateneo, Colección “El Taller del escritor”, 1998.[19]​ • Teresa Arijón, Arturo Carrera, El libro de las criaturas que duermen a nuestro lado, Buenos Aires: El Ateneo, Colección “El Taller del escritor”, 1997.[4]​ • Arturo Carrera, Emeterio Cerro, Retrato de un albañil adolescente & Telones zurcidos para títeres con himen, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1988.Epílogo de Juan José Cambre, Guillermo Kuitca y Alfredo Prior Venezuela: Ediciones el otro@el mismo, 2006.Reúne trabajos críticos de Raúl Antelo, Mario Cámara, Ricardo Corona, Joaquín Correa, Sergio Chejfec, Nora Domínguez, Romina Freschi, Tamara Kamenszain, Reinaldo Laddaga, Daniel Link, Anahí Mallol, Silvio Mattoni, Alan Pauls, Paula Siganevich, Saúl Sosnowski, Ariel Schettini, Diego Vecchio y Joca Wolff (Pittsburg: Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, 2010).