Resultó ser un viajero incansable que llegó a arribar a diversos países del mundo helenístico (Grecia, Asia Menor, Italia, las grandes islas del Mediterráneo) con el fin de reunir interpretaciones y libros de sueños.
Afirma haber consultado toda la bibliografía sobre la materia, y cita en efecto quince autores de este tipo de obras, aunque el autor se considera a sí mismo más moderno e independiente.
De Melampo y Antípatro no se da una datación segura.
Ante tan cuantiosa información, establecerá para elaborar su tratado diversas clasificaciones, distinguiendo entre sueños verdaderos, oráculos, visiones, fantasías y apariciones.
Según Artemidoro, la clave para entender el funcionamiento y significado de los sueños es el simbolismo, anticipándose con ello y, en cierto modo, a las teorías psicoanalíticas más contemporáneas.