Los astilleros, fundados en el reinado de Felipe V, han sido durante muchos años el motor de Ferrol (La Coruña) y su comarca.
Tras la estrechez de su primera ubicación en La Graña, asumiendo un antiguo proyecto del ingeniero Montaigú de 1723, el Teniente General Cosme Álvarez diseñaba en 1747 el primer proyecto del Arsenal, que fue aprobado en 1750 y modificado bajo la supervisión de Jorge Juan, contando con las actuaciones de otros notables ingenieros y arquitectos como Llobet o Sánchez Bort.
El Arsenal Militar de Ferrol constituye la materialización del diseño ilustrado: una dársena con capacidad para 70 navíos de línea y sus diques, almacenes, talleres… obras todas cuya magnificencia cumplía además el papel de propagar el poder Real.
En todas sus construcciones se percibe la obsesión por el orden racionalista: utilidad y ciencia.
También se utilizaron los buques Contramaestre Casado, Plus Ultra y Genoveva Fierro para recluir a los detenidos.