Las uñas extirpadas son capaces de volver a crecer con normalidad a lo largo de varios meses si la matriz ungueal se deja intacta mediante extracción quirúrgica.
En particular, si la matriz ungueal se quema con un instrumento caliente, el crecimiento posterior puede producir uñas rayadas, finas o rotas en segmentos longitudinales.
Sólo en el caso de brutalidad especialmente cruel se rechazaría la amnistía del acusado.
[2] Cartas enviadas desde la cárcel por la disidencia cubana han denunciado el método de tortura, declarando que madres e hijas son torturadas en celdas adyacentes para ser escuchadas.
[9] A la activista venezolana Ángela Expósito se le han arrancado las uñas desde su detención, en 2018 y durante el gobierno de Nicolás Maduro, entre otros métodos de tortura.