El nombre procede del árabe rabád "barrio, suburbio", con artículo al- asimilado: arrabád.
En castellano dio arrabal, mientras que en gallego, portugués y astur-leonés se convirtió en arrabalde.
Como en el noroeste de la Península Ibérica es muy frecuente el hábitat rural disperso, el término arrabalde adquirió pronto la acepción de "barrio o aldea desgajada del núcleo principal".
[12] Cobijados en un gran vaso cerámico aparecieron una buena cantidad de fíbulas, torques, brazaletes, colgantes, pendientes, anillos, diademas o ceñidores.
Conservaba en pie cinco ortostatos, aunque durante la excavación se halló uno más que se había caído hacia su interior, junto con cuatro zanjas de cimentación pertenecientes a otros tantos bloques que están desaparecidos.