El término "aromático" deriva del griego "ὰρόω", aróo, verbo que significa "labrar la tierra, sembrar", o bien del verbo "αρωμεναι", aromenai, que significa "arrancar", o bien de la palabra "ὰρόωμα", aroma, "planta de mucha fragancia".
La primera vez que fue usado el término "aromático" como un término relativo a una química, aplicado a aquellos compuestos que contienen el radical fenilo ocurrió en un artículo hecho por August Wilhelm Hofmann en 1855.
Pero los terpenos y los derivados del benceno poseen una característica química en común, la misma es que poseen índices de insaturación más altos que muchos compuestos alifáticos y aun así, Hofmann no realizó ninguna distinción entre ambas categorías.
Sin embargo, seguía siendo enigmático que esta estructura propuesta, altamente insaturada, fuera tan poco reactiva frente a reacciones de adición.
La explicación de la excepcional estabilidad del benceno se atribuye normalmente a Sir Robert Robinson, quien aparentemente fue el primero (en 1925)[4] en acuñar el término "sexteto aromático" como un grupo de seis electrones que resisten a ser alterados.
También, este concepto puede ser rastreado mediante Ernest Crocker en 1922,[5] hacia Henry Edward Armstrong, quien en 1890, en un artículo titulado The structure of cycloid hydrocarbons, donde escribió las afinidades céntricas (seis) actúan dentro de un círculo... el benceno, puede ser representado por un anillo doble (sic) ... y cuando se forma un compuesto de adición, el círculo interno de afinidad sufre una alteración, los átomos de carbono contiguos a los cuales nada había podido añadírseles, necesariamente adquieren un estado etilénico..[6] Aquí, Armstrong describe al menos cuatro conceptos modernos.
Primero, su "afinidad" por los electrones que es hoy en día mejor conocida, la cual fue puesta en evidencia siete años después por J. J. Thomson.
El origen mecánico cuántico de esta estabilidad, o aromaticidad, fue formulado primero por Hückel en 1931.
Los criterios magnéticos considera que en el benceno y en los hidrocarburos aromáticos se produce -en presencia de un campo magnético externo- una circulación de carga característica en la nube pi, que a su vez genera un campo.