Morillo informa a Bolívar sobre el cese al fuego unilateral del ejército español y la invitación para negociar un acuerdo de regularización de la guerra.
Ese mismo día fueron firmados ambos acuerdos por los jefes de los dos bandos en guerra.
A su vez se vanaglorio Bolívar por haber logrado engañar a Morillo para que deje al general Latorre al mando (quien era una persona menos eficiente militarmente).
El general venezolano Rafael Urdaneta ocupó rápidamente la ciudad con varios batallones ligeros y depuso al gobernador Francisco Delgado.
Miguel de la Torre protestó la medida como una violación del tratado y Bolívar a su vez argumentó su legalidad.