Después del devastador terremoto de un 1902, su familia se mudó a Bakú, donde la que sería artista siguió estudios en un colegio ruso.
Con el fin de perfeccionarse, partió hacia Moscú y estudió artes plásticas en la escuela Nelídova, mientras presentaba sus primeras danzas en el teatro Maly.
Por primera vez las mujeres iraníes tuvieron la oportunidad de subir al escenario y ver una película cinematográfica.
La declinación de su carrera en la danza no impidió que Armén Ohanián continuase alimentando sus apetitos culturales y políticos.
Su compromiso político con el marxismo desde la década de 1920 se oficializó con su ingreso en el Partido Comunista Mexicano, donde actuó esencialmente en el aspecto cultural.
Ohanián tradujo numerosos libros del ruso al castellano en colaboración con su marido, pero también se convirtió en una autora prolífica en el idioma de Cervantes con obras dedicadas a la literatura rusa, soviética y mexicana, como Las guerras campesinas en Rusia y Tolstói, La ruta de Máximo Gorki es la nuestra, Clásicos mexicanos, entre otras.