Armanda Álvaro Alberto

Su abuelo había sido João Álvaro da Silva, militar e inventor.

En la escuela conoció a Édgar Süssekind de Mendonça (1896-1958), cuatro años menor que ella.

[6]​ En 1917 empezó a dar clases como profesora en la misma Escuela de Bellas Artes.

[7]​ También fue ella quien creó la primera biblioteca de Caxiás, y la llamó Euclydes da Cunha.

[10]​ Al frente de la UFB, abogó por una unión entre «mujeres educadoras, intelectuales y trabajadoras», y criticó a otras asociaciones feministas como «inocuas, otras ligadas a corrientes partidistas que exploran la penosa situación de la mujer, predicando un feminismo estrecho que consiste en acumular al hombre en sí mismas, y ver en él a un “enemigo” de la mujer».

En 1934, Armanda fundó la Asociación Cristiana Femenina para luchar contra los lobbys (grupos de opinión y poder) de la Iglesia católica, enquistados en el Gobierno federal, que querían volver a instalar la educación religiosa obligatoria en Brasil.

Armanda encontró una alternativa: promover actividades en la biblioteca Euclydes da Cunha, como una manera de movilizar a la comunidad.

Después de la democratización del país, Armanda gradualmente reanudó sus actividades públicas, colaborando en manifiestos y reclamos a las autoridades.

En esa ocasión, dirigió su crítica principal a los cómics, que consideraba «subliteratura» y un lectura perjudicial para la formación de los niños.

Ese año se alejó de la dirección de la escuela, que fue donada al Instituto Central del Pueblo (perteneciente a la Iglesia metodista) y pasó a llamarse Escuela Municipal «Dr.

El edificio original fue demolido, dando origen a la nueva escuela, que en la actualidad sigue en funcionamiento, y es mantenida en colaboración con la municipalidad de la ciudad.