Según los Hechos de los Apóstoles, Aristarco fue capturado –junto con otro macedonio llamado Gayo– por la plebe en Éfeso y corrió peligro de ser linchado en el teatro durante la llamada «revuelta de los orfebres», una sublevación hostil provocada por un tal Demetrio contra Pablo durante su tercer viaje y secundada por otros plateros consagrados a la diosa Artemisa.
La importancia del término «colaborador» viene dada porque Pablo utilizó la misma palabra para calificar su propia labor misionera, al considerarse a sí mismo y a su equipo «colaboradores de Dios» (1Corintios 3:9), de la misma forma que llamó a Timoteo «colaborador nuestro en el evangelio de Cristo» (1Tesalonicenses 3:2).
Todos fueron colaboradores asociados a Pablo para el apostolado activo, provenientes de una comunidad que padeció persecuciones (1Tesalonicenses 1:6; 1Tesalonicenses 2:14), de la misma forma que Pablo había sufrido la hostilidad del entorno.
[11] Conforme a una tradición, fue decapitado con Pablo en Roma,[12] sin saberse más de él.
En la Iglesia ortodoxa, se considera a Aristarco como el primer obispo de Apamea en Siria.