Argumento de ilusión

El caso del palo medio sumergido en agua, inicialmente planteado por Descartes, constituye un ejemplo clásico de ilusión natural: es un palo que parece recto pero cuando se sostiene bajo el agua parece doblarse y distorsionarse.

Dado que el palo no está curvado, su apariencia puede describirse como una ilusión, pero esta ilusión no se distingue fundamentalmente de la percepción normal del objeto.

Esta representación mental no nos dice nada sobre las verdaderas propiedades del palo, que permanecen inaccesibles a nuestros sentidos.

Nuestros sentidos, por tanto, no nos pondrían en relación con el mundo tal como existe en sí mismo, sino sólo con representaciones o contenidos mentales.

Para los defensores de la teoría disyuntiva de la percepción (Hinton, John McDowell), el hecho de que no se pueda distinguir internamente entre una experiencia verídica y una ilusión no implica que las dos experiencias constituyan el mismo estado mental.

Un lápiz parcialmente sumergido en un vaso de agua proporciona un ejemplo sencillo de ilusión natural.