El acuñar una moneda de plata fue un paso importante para restablecer la confianza en el sistema monetario romano, pues no se habían acuñado en plata desde los tiempos de Valeriano y Galieno.
La moneda se produjo con un peso teórico de 1/96 de la libra romana (1 libra = entre 327,4-328.9 g, o sea, aproximadamente 3,41 g), como se indica por el número romano XCVI en el reverso de la moneda.
El argenteo se utilizó por primera vez en la Historia Natural de Plinio el Viejo en la frase argenteus nummus (‘moneda de plata’).
El historiador del siglo IV, Amiano Marcelino, utiliza la misma expresión, aunque no hay ninguna indicación de que esta sea su denominación oficial.
La Historia Augusta usa la frase para referirse a varias monedas.