No deben confundirse con los supplì, que son más pequeños y suaves.
La versatilidad del arancino se ha aprovechado para diversos experimentos; hay por ejemplo variantes dulces que se preparan con cacao y chocolate y se cubren con azúcar; Para facilitar la distinción entre los distintos sabores, la forma del arancino puede variar.
Suelen servirse calientes, recién cocinados, para que el relleno suave contraste con el exterior crujiente.
[3] Su nombre deriva de la forma típica y del color (debido a la fritura y al empleo del azafrán) que recuerda a la naranja (arancia en italiano).
El personaje ficticio Comisario Montalbano, protagonista de una serie de novelas y narraciónes publicadas por el escritor siciliano Andrea Camilleri, suele degustar los arancini y, gracias al libro "Gli arancini di Montalbano", ha sido uno de los principales contribuyentes por internacionalizar este plato.