No hay ninguna otra prueba conocida de su existencia, pero pudo haber sido identificada en ilustraciones contemporáneas.Algunos autores han sugerido que las aves observadas eran en realidad guacamayos azul y amarillo (Ara ararauna).Los guacamayos eran transportados con frecuencia entre las islas del Caribe y el continente sudamericano en tiempos prehistóricos e históricos, por lo que es imposible saber si los informes contemporáneos hacen referencia a especies importadas o autóctonas.[1] Rothschild reclasificó la especie como Ara martinicus en su libro Extinct Birds de 1907, que también contenía una ilustración del ave por John Gerrard Keulemans.[3] James Greenway sugirió que la descripción de Bouton podría haberse basado en un ave en cautividad.