Aquiles Serdán

Francisco I. Madero era un ferviente antirreeleccionista, y en 1909 publicó el libro La sucesión presidencial en 1910.

Comenzó una campaña política por todo el país, hecho sin precedentes en la historia de México.

[3]​[4]​ En uno de los documentos de Luz y Progreso, afirmó que la república sería salvada no por los hombres acostumbrados a gobernarla en forma despótica, sino «por los hombres que no hayan manchado su conciencia cometiendo atentados contra la Ley».

Poco tiempo después, Aquiles Serdán Alatriste y su hermana Carmen se reunieron con Francisco I. Madero en Texas.

Durante esta acción, llaman a la puerta y al percatarse que era el jefe de la policía Miguel Cabrera, Carmen Serdan abre el postigo y dispara en la cara a Cabrera, quién cae muerto.

Erróneamente se piensa por los historiadores que Aquiles lo mató, pero según testigos de la época, fue desde el postigo, la puerta ni siquiera se abrió, dando así inicio a la revolución y siendo Cabrera el primer muerto de la misma.

En ese sitio permaneció durante las siguientes catorce horas, mientras que el resto de su familia (las mujeres) continuaban aún la lucha.

Su funeral se llevó a cabo en silencio, aunque aumentó el desprestigio contra Díaz, sin embargo, al triunfar la revolución maderista en mayo de 1911 se le concedieron los debidos homenajes.

A su tumba acudió el general Bernardo Reyes, quien depósito en ella una corona de flores.

Cantos Populares Maderistas: Al heroico Aquiles Serdán.
Abertura en el piso donde se escondió Aquiles Serdán antes de morir.