Los apologetas griegos son escritores del cristianismo primitivo que desde mediados del siglo II buscaban defender la fe cristiana de las acusaciones realizadas contra ella por parte de paganos.
[1] Pero a partir del año 130 los apologistas griegos tuvieron por destinatarios a la élite pagana, por eso explotaron las doctrinas de la filosofía para difundir el mensaje cristiano en los medios de mayor cultura y poder.
Hay en estas obras información útil sobre la vida de los cristianos del tiempo.
Otros se mantienen en una crítica más serena (Lactancio y Eusebio de Cesarea).
Un gran acento se ponía en demostrar que los cristianos no podían ser considerados como enemigos públicos o políticos porque eran buenos ciudadanos.
Para ello usaban los instrumentos propios de la retórica griega y hasta los diálogos al estilo platónico.
Esto se hacía usando el Antiguo Testamento y mostrando la propia interpretación cristiana de pasajes e historias.
Las primeras persecuciones estatales se dieron a partir del siglo I de forma esporádica y geográficamente limitada.
Por ello, los cristianos pensaban que dirigiéndose a los emperadores podrían obtener justicia y protección.
De ahí que muchos textos apologéticos estén redactados pensando en el emperador como interlocutor literario.
Existe también una edición crítica con comentarios en latín realizada por Johann Karl Theodor von Otto entre 1847 y 1881, la Corpus Apologetarum Christianorum saeculi secundi.