Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago y a sus discípulos zaragozanos
La Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago y a sus discípulos zaragozanos [1] es una pintura del joven Francisco de Goya, pintada entre 1768 y 1769.El esquema compositivo e iconográfico del cuadro tiene su precedente en las primeras pinturas de Goya, ejecutadas en Fuendetodos y destruidas durante la Guerra Civil.Cabe aclarar que la tradición católica señala que en el año 40, la Virgen María se presentó a Santiago en Zaragoza, para animar al apóstol en la prédica por Hispania.Todos estos cuadros fueron recibidos en herencia por la segunda condesa consorte de Sobradiel.Gudiol resalta el vigoroso esquema lineal y las triangulaciones tan en boga durante aquella época, al hablar de dos componentes básicos en la pieza: El historiador murciano José Luis Morales y Marín habla así de Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago: «en su factura ha desaparecido parte de la huella «luzanesca» para ser reemplazada por la impronta de Francisco Bayeu y Subías (1734-1795), aclarando tintas con una mayor luminosidad y desuniendo la pincelada desde un criterio más bocetístico, al mismo tiempo que se amplía el sentido espacial, tal y como llevará a consecuencias más extremas en la decoración de Aula Dei».