Así, Goya recibió 15.000 reales frente a los 25.000 (más los gastos) que cobró Antonio González Velázquez.
[3] En ellos, Goya planteaba una composición de gran contraste en el colorido y la iluminación con un gran dinamismo, mayor que el que se contempla en el resultado definitivo.
En su ejecución final, la obra involucra características propias la pintura religiosa católica tardobarroca.
Se disponen dos grupos de ángeles de modo de prácticamente enmarcar al foco luminoso central donde figura el símbolo de Dios padre: un triángulo equilátero, que en este caso presenta Su nombre inscrito en hebreo, formando así el tetragrámaton—"יהוה".
La cual esto se logra en la parte superior de la misma.