Pero el Greco no le representa consagrado a su actividad misionera.Al fondo y a la derecha de la iglesia, hay dos columnas sobre sendos pilares.[4] La mano derecha de Jacinto reposa dramáticamente sobre su pecho, mientras la izquierda se extiende hacia el espectador, como una invitación a entrar en la pintura.Esto se nota en la mayor brillantez de color, especialmente en la Virgen y el Niño, en la mayor maestría de las pinceladas, en las otras figuras y en la decoración arquitectónica.En cambio, una curiosa deformación en una mano de san Jacinto, podría ser debida a una restauración defectuosa.