Desde aquí, desciende a la fosa ilíaca derecha y el extremo distal de la yema cecal forma el apéndice.[1] El apéndice cecal, también llamado apéndice vermicular; es una prolongación del ciego que se origina en su cara posteromedial en la unión de las tres tenias del colon, aproximadamente dos a tres centímetros por debajo de la válvula íleo-cecal.El apéndice más largo que se ha extirpado, según el Libro Guinness de los Récords, midió 23,5 cm.La base del apéndice recibe también aporte sanguíneo de las arterias cólicas anterior y posterior.Mucosa: contiene glándulas mucosas y la lámina propia, donde se observan gran cantidad de agregados linfoides.Serosa: está formada por tejido conectivo con un mesotelio que lo recubre[3] El apéndice humano es una estructura funcional y activa.[5] Un posible escenario para la progresión de un ciego totalmente funcional al apéndice humano fue propuesta por Charles Darwin.Puede ser un órgano vestigial, un bagaje evolutivo o algo que los antiguos humanos han ido degradando con el curso de la evolución.El gran ciego de algunos herbívoros, como en el caballo o el koala, apoyan esta hipótesis.El ciego del koala permite alojar bacterias que ayudan a degradar específicamente la celulosa.[8] Se cree que el apéndice desempeña un papel en la función inmune, porque la estructura está asociada con tejido linfático sustancial.[11] El dolor del apéndice irritado se localiza en el denominado punto apendicular de McBurney.[cita requerida] Las hipotéticas funciones que podría realizar el apéndice van desde la linfática, exocrina o endocrina hasta la neuromuscular.[18][19] Esta función puede ser útil en una cultura que carezca de la atención sanitaria moderna y donde la diarrea sea frecuente.