[1][3] Se trasladó a Madrid para realizar sus estudios universitarios.
En 1941 ingresó como socio del Ateneo de Madrid, donde entabló amistad con Carmen Laforet y Miguel Artola, entre otros personajes de la vida cultural española.
[4] Dirigió varias tesis doctorales, entre ellas la de Teófanes Egido, Opinión pública y oposición al poder en la España del siglo XVIII (1713-1759).
[5] Este grupo de historiadores se compuso por los especialistas en historia moderna ―Manuel Lobo Cabrera, María Elisa Torres Santana, Vicente Suárez Grimón, Antonio Manuel Macías Hernández, Julián Escribano Garrido, y Francisco Fajardo Spinola― y los especialista en historia contemporánea ―Alberto Sánchez de Enciso y Valero, María Teresa Noreña Salto, Oswaldo Brito González, J. Hernández García y Manuel de Paz Sánchez―;[6] este último grupo abarcó dos líneas prioritarias, por un lado, el Sexenio Revolucionario y la Restauración borbónica en Canarias, y por el otro, el movimiento obrero en Canarias, la emigración canaria a Hispanoamérica y la francmasonería.
Posteriormente fue nombrado vicerrector de Extensión Universitaria, hasta que fue elegido rector durante el periodo 1974-1979.
Intervino tanto en la comisión para la redacción de los estatutos, como en la del reglamento.
En 1989 recibió el Premio Canarias al acervo histórico.