Antonio Provolo

[1]​ Fue asignado a la parroquia de San Lorenzo y se dedicó principalmente al apostolado de la juventud, a la predicación de las misiones al pueblo y a los retiros de seminaristas y del clero de diversas diócesis.

[2]​ En 1830 decide dedicarse especialmente a la educación de los sordomudos.

Se interesó sobre todo por la inserción de los jóvenes sordomudos en la vida social; sustituyó el método mímico tradicional por el de la palabra articulada.

[3]​ Por invitación del obispo de Verona y de la emperatriz, en 1841 abrió una escuela femenina para sordomudas ayudándose en la dirección con un grupo de colaboradores.

[4]​ El 27 de febrero de 2017, el Papa Francisco, reconoció las virtudes heroicas de Antonio Provolo por lo que desde ese momento es reconocido como Venerable.