Antonio Solá

Aunque se sintió atraído por el dibujo, tuvo que luchar con los deseos de su padre de que se dedicara al comercio y emigrara a América.

Finalmente logró convencer a su padre y se matriculó con doce años en la Escuela Gratuita de Dibujo, instituida en Barcelona por la Junta de Comercio en 1775.

Con dieciocho años empezó a trabajar con Francisco Bover en la realización de diversas estatuas en mármol para un jardín, trabajando para él dos años sin recibir salario alguno.

Cuando estaba dispuesto a salir para Roma con su pensión, surgió un imprevisto.

Trabajó prácticamente el resto de su vida en Roma y allí falleció.

Matanza de los inocentes (1834), Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge , Barcelona.
La Caridad romana (1851), Museo del Prado , Madrid.