Cuando tenía siete años su madre se casó con Josep Regàs, alfarero, que le enseña este arte en un principio.
La exposición universal de Barcelona en 1929 le permite conocer el trabajo escultórico presentado, especialmente el del alemán Mies van der Rohe y las obras de Manolo Hugué.
En esa época conoce a Pau Casals, Manolo Hugué, Miquel Llor y Josep Llorens i Artigas con quienes mantendrá una gran amistad.
Durante la guerra civil sirve como sanitario, siendo encarcelado hasta 1940, en el campo de prisioneros Porta Coeli de Valencia, y no pudo recuperar su pasaporte hasta 1952.
En 1980 se le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas.