El antimodernismo fue un movimiento surgido en reacción al modernismo.
El antimodernismo literario, entre cuyos lugares comunes estuvo achacar afrancesamiento y frivolidad a la literatura modernista,[2] se defendió desde posiciones afines al purismo lingüístico.
[3] Entre los críticos del modernismo en España se contaron nombres como los de Clarín,[4] Ramiro de Maeztu, José Deleito y Piñuela, Juan García Goyena, Federico Urales, Emilio Ferrari,[5] Antonio de Valbuena, Ramón Franquelo y Romero[6] y Pablo Parellada.
[7] Además de artículos en prensa, se llegaron a publicar libros como Los voceros del modernismo (1908) del agustino Martín Blanco García.
[6] Fueron vehículo de expresión de la sátira antimodernista revistas madrileñas como Gente Vieja, Madrid Cómico, La Gran Vía, Gedeón y Blanco y Negro.