Las investigaciones arqueológicas y científicas se llevan a cabo anualmente en las fortificaciones de la ciudad.A mediados del siglo XII, a una pequeña ciudad del sur se le añadió un territorio diez veces más grande que el área de la ciudad de esa época.Un gran terreno a orillas del río Oká, donde en los siglos XI y mediados del XII había una necrópolis de la ciudad, fue cercado con muros, y en él que surgió una nueva área: el asentamiento sur.A principios del siglo XIII la población de la ciudad alcanzaba ya los 8.000 habitantes.Según la leyenda, el voivoda de Riazán Evpati Kolovrat, habiendo visto «solo cenizas y polvo» al llegar a su ciudad natal, reunió un pequeño destacamento de soldados y, siguiendo a los invasores, entró en una batalla desigual con ellos.Las tres catedrales de piedra - Borisoglebsky, Spassky y Asunción - fueron completamente destruidas.Los mongoles convirtieron Riazán en una gigantesca fosa común, donde incluso los pocos habitantes supervivientes tenían miedo de regresar.En la base de la columna, a la que estaba adherida la imagen del ídolo, se encontraron restos de sacrificios, pues hasta el siglo XII existió en la antigua Riazán un santuario eslavo pagano.Selivanov,[6] y se conserva en el Museo del Kremlin de Riazán.En dos torteras encontradas en la ciudad, según N. Porfiridov, se leen las inscripciones: «Hay un príncipe» y «Joven».En una estrecha tira de tela están representados dos pájaros, medio envueltos en un árbol que se encuentra entre ellos.[4] En el asentamiento se conocen hallazgos de una época posterior, incluidas monedas orientales del siglo XIV.
Restos de una iglesia de principios del siglo
XX
construida en el sitio de la Catedral de Boris y Gleb.