El macho es más grande que la hembra y es el único que presenta cuernos, los cuales son de color grisáceo o amarillento y miden de 25 a 30 cm.
[3] Sus cuernos tienen valor en la medicina tradicional china y debido a ello están en peligro por caza furtiva.
Como animal adaptado a los espacios abiertos, fríos y secos, el saiga es un perfecto indicador de condiciones glaciales en los yacimientos del Pleistoceno donde aparece.
A pesar de la protección oficial, la caza ilegal o furtiva para conseguir sus pieles y cuernos (demandados en los últimos años por la medicina tradicional china como sustituto del cada vez más raro cuerno de rinoceronte) sigue constituyendo una grave amenaza para el futuro de la especie, y es a estas actividades a las que se debe que su número haya descendido a unos 40 000 ejemplares desde la población de aproximadamente un millón que había en 1990.
[6] Se determinó que lo causaba la bacteria Pasteurella multocida, habitualmente presente en estos antílopes pero de forma inofensiva.