Anselm Nogués
Evolucionó de un estilo monumental y academicista a un realismo centrado mayoritariamente en la temática religiosa.[1] Formado en la escuela de la Lonja, fue discípulo de Rossend Nobas y Agapito Vallmitjana.[2] En 1894 intervino con otros escultores en la decoración escultórica del palacio de Justicia de Barcelona, donde elaboró la estatua de Antonio Agustín.[3] En 1915 elaboró el busto de Lluís Dalmau para la fachada del palacio del Parlamento de Cataluña, dentro de un conjunto de bustos dedicados a personajes vinculados con el arte, ya fuese artistas o historiadores, casi todos ellos catalanes, obra de diversos escultores.[2] Tiene también varias obras en Valls, su ciudad natal: una imagen de la Virgen para la iglesia del Carmen (1924), un busto de Lluís Bonifaç (1925) y los ángeles del retablo del santuario de Lledó (1930).