La anquirina es una proteína asociada a las de la membrana plasmática y las del citoesqueleto subyacente.
Este anclaje (dado que su nombre proviene de ahí, del griego “Άνκηρος”, “ancla”) que produce la anquirina es esencial para mantener la integridad de la membrana (al crear una unidad con el citoesqueleto subyacente), así como para facilitar el funcionamiento de canales y transportadores iónicos.
Tras los sitios de unión para la β-espectrina, posee un Death domain que une con proteínas apoptóticas de membrana y un dominio regulador en el extremo carboxi-terminal.
La anquirina está codificada por tres genes diferentes (ANK1, ANK2 y ANK3) que pueden dar lugar a diferentes proteínas por splicing alternativo.
[3] La anquirina se une a la membrana por un proceso de palmitoilación.