Los anomalocarídidos (Anomalocarididae) o a veces mal escrito como anomalocáridos (Anomalocaridae)[1] (gr.Los dientes del cono oral no se encontraban en la mitad, se ha asumido que esto les permitía escarbar las corazas de pequeños artrópodos como los trilobites, de los cuales se han hallado varios fósiles con marcas de mordeduras, y si bien estudios más recientes han puesto en duda esta afirmación,[4] no se descarta que haya sido así debido a otros factores, como coprolitos con contenido en trilobites encontrados que son tan grandes que tuvieron que haber pertenecido a un animal tan grande como los anomalocarídidos,[5] y otras técnicas de caza.Los anomalocarídidos presentaban grandes ojos compuestos pedunculados que les permitían tener mayor eficiencia al cazar y detectar posibles presas, también presentaban un cuerpo flanqueado por una serie de lóbulos para nadar, tres pares pequeños cerca de la cabeza, y otros tantos más grandes por todo el cuerpo,[6] los últimos lóbulos se transformaban en una cola.[10] Este ya no es el caso después de la revisión realizada por Vinther et al.briggsi) y Lenisicaris como miembros de Anomalocarididae,[12] mientras que Paranomalocaris es incluido cuestionablemente por algunos estudios también.