Anne de Balbi

Contrajo matrimonio con el conde de Balbi, con quien tuvo cuatro hijas.

Descrita como una belleza ingeniosa y con sentido del humor, atrajo no obstante a un gran número de enemigos como consecuencia de su carácter implacable.

El marido de Anne, quien se mostró contrario a la relación extraconyugal de su esposa, fue declarado mentalmente insano y encerrado en un asilo mental por orden del conde, quien incluso creó un jardín en Versalles en 1785 al cual bautizó con el nombre de Balbi en honor a Anne.

Organizó asimismo recepciones regulares en la casa que le fue otorgada junto a la residencia de Luis, quien fue proclamado regente en el exilio, y debido a la conocida confianza que él sentía hacia ella, Anne, quien se acabó convirtiendo en su consejera política, fue cortejada por numerosos diplomáticos extranjeros, guardando una estrecha relación con el enviado ruso.

En abril de 1792, Anne se vio obligada a acompañar a la condesa de Provenza a Saboya debido a que seguía siendo una de sus damas de compañía, abandonando posteriormente dicha región para establecerse en Bruselas, donde siguió manteniendo contacto con el conde.