En cuanto a su apariencia, adoptó como vestimenta el Dirndl, tradicional de su país, un ropaje largo y suelto que ocultaba su figura.En Anna primaban las identificaciones masculinas, no obstante lo cual tuvo varios pretendientes; sin embargo, todos fueron rechazados, unos por ella y otros por su padre, siendo Ernest Jones el más famoso de ellos.Dos años antes, en 1918, había comenzado a analizarse con su propio padre, análisis que se mantuvo hasta 1922 con una frecuencia de seis sesiones semanales.Freud centró este análisis en las fantasías y ensueños de flagelación como inhibidores del trabajo intelectual.Junto a S. Bernfeld, militante sionista y socialista, Anna apoyó la creación del Asilo e Instituto Baumgarten, para niños judíos huérfanos de guerra.Se inicia en 1920 cuando asiste como invitada al primer congreso internacional de posguerra en La Haya.En 1923, ya declarada la enfermedad de Freud con su primera operación, decide no instalarse en Berlín y quedarse a su lado.La única antecesora de Anna en Viena en la práctica del análisis infantil fue Hermine von Hug-Helmuth, maestra jubilada que poseía un doctorado en Filosofía.Jones y Marie Bonaparte, junto a Dorothy Burlingham, organizaron la salida de la familia Freud hacia Inglaterra.Su principal preocupación se centraba en el futuro de la clínica, y si bien delegaba funciones, nunca lo hacía totalmente.También recibió los doctorados honorarios que le confirieron las universidades de Viena, Columbia, Harvard y Franckfort.Su compañera de siempre, Dorothy, falleció en 1979 a los ochenta y ocho años, hecho que la deprimió sensiblemente.Alice Colonna, una ex-analizada de Anna, y Manna Friedman fueron quienes la acompañaron durante sus últimos tiempos.En 1982 padeció un ataque cerebral que afectó su motricidad y habla, no así su lucidez mental.Un año antes, había asistido por última vez a un simposio de la clínica, presentando un trabajo sobre patogénesis.A partir del ataque su estado físico era realmente penoso, y sólo podía ser paseada en silla de ruedas.Y en relación con el mismo, a manera de crítica, lamenta que (...) interrumpa su viaje investigador hacia las profundidades donde hubiera deseado mayor iluminación.En este libro, amplió la comprensión de los procesos mentales utilizados por el yo para manejar conflictos internos y enfrentar estresores externos.Sin embargo, Anna también advirtió que, cuando se utilizan en exceso o de manera inadecuada, estos mecanismos pueden volverse patológicos, llevando a patrones de comportamiento desadaptativos y afectando negativamente la salud mental y física.
Anna y Sigmund Freud en el sexto congreso internacional de psicoanálisis, La Haya (1920).