Por ello, en los años 1270 se retiró a una ermita con algunos compañeros y formó una nueva rama de la orden conocida como los «Clareni», que observaban la pobreza extrema.
Regresó a Italia en 1305, tras la muerte de Bonifacio VIII y bajo la calma del nuevo Papa Clemente V; que gobernaba desde Aviñón.
En 1317 el Papa Juan XXII, en su bula «Sancta Romana», abolió todos los grupos franciscanos disidentes y los dejó en la herejía.
[6] En 1334 Juan XXII ordenó su arresto, pero el abad se negó a entregarlo y Clareno pudo trasladarse al Reino de Nápoles.
[6] Vivió según su credo en el pequeño Monasterio de Santa María dell'Aspro, localizado en Marsicovetere, donde murió a los 90 años y allí fue enterrado.