De veinte vehículos que entraron en competencia, solo los seis equipados con neumáticos Bridgestone (Ferrari, Jordan y Minardi) compitieron.
Los otros catorce corredores, todos equipados con neumáticos Michelin, se retiraron tras completar la vuelta de formación alegando preocupación por su seguridad.
Tras varios fallos en sus neumáticos, siendo el más notable el del piloto de Toyota, Ralf Schumacher, Michelin advirtió a los siete equipos abastecidos con sus neumáticos que éstos no eran seguros para ser usados en la carrera, a pesar incluso de que Michelin había provisto neumáticos funcionales para la carrera desde 2001.
El circuito había sido recientemente repavimentado, lo que resultó en un desgaste mayor de los neumáticos.
La situación creó una enorme cantidad de publicidad negativa para la Fórmula 1, especialmente en los Estados Unidos, un mercado en el que la Fórmula 1 ha tenido dificultades para establecerse, llevando a algunos a calificar la carrera de Indygate.
[2] La prueba también se destacó por ser la primera en la que el equipo Toyota obtuvo la pole position.
Ralf Schumacher había sufrido un choque a alta velocidad en la misma curva el año anterior, siendo piloto del equipo Williams.
[4] El 18 de junio, Michelin declaró que no entendía por qué los neumáticos que había provisto a sus siete clientes —BAR, McLaren, Red Bull, Renault, Toyota, Sauber y Williams— habían fallado en esa curva y anunció su intención de enviar neumáticos de diferente especificación desde su sede central en Clermont-Ferrand.
[8] En una segunda carta, fechada el 19 de junio, Dupasquier y Shorrock confirmaron que no permitirían a sus equipos competir con neumáticos Michelin similares a los usados durante la clasificación si no se llevaban a cabo cambios en el circuito, y reiteraron su pedido de modificar la curva 13.
También descartaron la posibilidad de realizar paradas en los boxes cada diez vueltas, llegando así a la conclusión de que una chicana era la mejor solución, y finalmente ordenaron a varios representantes técnicos el preparar planes para su instalación.
Bernie Ecclestone se ofreció a consultar con Todt y con el presidente de la FIA Max Mosley, quien no se encontraba presente en el circuito, y a citar de nuevo una reunión una vez tuviese las respuestas.
[6] El grupo, de acuerdo a Stoddart, continuó proponiendo soluciones alternativas incluyendo «una carrera fuera de campeonato, o una carrera en la cual los equipos Michelin no pudieran sumar puntos, e incluso una carrera en la que sólo los equipos Michelin usaran la chicana», pero finalmente acordaron que la mejor solución era instalar la chicana y llevar a cabo una carrera fuera de campeonato, sin Ferrari en caso de ser necesario.
[11] Tras un corto descanso, el grupo se reunió de nuevo en la oficina de Ecclestone, en donde encontraron al director del equipo Renault, Flavio Briatore, hablando por teléfono con Max Mosley.
Los únicos cambios en el liderato de la carrera se dieron en la vuelta 26, tras una parada en boxes de Schumacher, lo que le dio el liderato a Barrichello, y en la vuelta 51, cuando tras una rápida detención en boxes, Schumacher logró salir al mismo tiempo que Barrichello, forzando al brasileño a salirse de la pista en la curva 1.
Tiago Monteiro, sin embargo, se quedó celebrando efusivamente su primer podio, el primero también para un piloto portugués.
También declaró que el «incidente no fue culpa de los equipos, para ser honesto».
[16] En su declaración posterior, Stoddart indicó que, a pesar de que el fallo de Michelin al no haber provisto neumáticos confiables fue el detonante de los eventos ocurridos en la carrera, él culpaba del fracaso para alcanzar un acuerdo (que hubiese permitido que la carrera se realizara sin inconvenientes, beneficiando así a los muchos aficionados que habían pagado por ver el gran premio) a Max Mosley y a la FIA, señalando también como culpable parcial al obstruccionismo practicado por el director del equipo Ferrari, Jean Todt.
[22] En este, Mosley estableció una analogía con una hipotética situación en la cual los motores de un fabricante tuviesen problemas de consumo excesivo de aceite debido a una fuerte carga lateral durante una curva, y señaló que en tal caso aquellos vehículos simplemente se verían forzados a ir a menor velocidad en dicha curva.
Señaló también que las alternativas presentadas por la FIA eran viables, y se preguntó por qué los otros equipos no usaron el carril de boxes como alternativa teniendo en cuenta que, con solo seis coches Bridgestone compitiendo, los coches Michelin aún podían competir por los puntos del séptimo y octavo lugar.
La decisión se tomó sobre la base de una «evidencia previamente enviada a la FIA»,[24] según la cual, al parecer, los equipos con neumáticos Michelin podrían haberse enfrentado a cargos criminales bajo las leyes del estado de Indiana por haber puesto, de manera consciente, a otros en peligro al participar en la carrera, aun incluso si ningún accidente se hubiese presentado.