Esta costumbre fue mencionada en la literatura polaca por primera vez en el año 1557 por Marcin Bielski,[1] un soldado, historiador, escritor y traductor polaco.
El festejo “Andrzejki” tiene lugar al final o al principio del año litúrgico y es la última ocasión para organizar una fiesta alegre antes del comienzo del Adviento.
Ese día solía tomarse muy en serio, llevándose a cabo las predicciones de forma individual y solitaria.
No se conoce el origen exacto de las adivinaciones matrimoniales.
Algunos autores indican la Antigua Grecia, subrayando la similitud de las raíces del nombre Andrew (Andress) y las palabras griegas aner, andros, que significan 'marido', 'hombre', mientras que otros lo relacionan con el culto del antiguo dios germánico Frey, el dador de riquezas y la deidad del amor y la fertilidad.