Fracasó una oposición para ingresar en la prestigiosa École Navale, y se convirtió en aprendiz de calderero.
En informe al Comité Central del Partido Comunista Francés, el 15 de noviembre de 1937 sobre su actuación en la capital albaceteña afirma: «no vacilé y ordené las ejecuciones necesarias (...) Las ejecuciones ordenadas por mí no pasaron de quinientas».
Realizó duras purgas en sus propias filas, que se estiman en alrededor de 500 muertes.
Aparece como personaje en la novela Por quién doblan las campanas de Ernest Hemingway.
Su posición en 1945 dentro del PCF era la de número tres, tras Maurice Thorez y Jacques Duclos.