Las primeras indicaciones de que este aminoácido ejerce acciones excitadoras en los procesos electrofisiológicos sobre corteza cerebral fueron obtenidas por Takashi Hayashi en 1954.Hayashi observó que la inyección de glutamato en el cerebro o en las arterias carótidas producía convulsiones.[2] A la comunidad científica le llevó mucho tiempo darse cuenta de que el glutamato funcionaba como un neurotransmisor, principalmente debido a su gran abundancia en el cerebro y su participación en importantes vías metabólicas.[4] Los estudios clínicos para los diferentes objetivos farmacológicos presentados por la hipótesis glutamatérgica ayudarán a comprender si la eficacia y la tolerabilidad de la farmacoterapia de la esquizofrenia y la depresión mejorarán sustancialmente en los próximos años.[4] Los receptores AMPA (AMPAR) son canales iónicos Na+/K+, conocidos como los principales transductores de la transmisión excitatoria rápida en el cerebro.