Los embalses del río Dniéper en Ucrania suponen una amenaza significativa de un desastre provocado por el hombre a gran escala si sus presas fallan.
Sin embargo, al disminuir la velocidad del caudal (véase el río Irpin), los embalses causaron problemas medioambientales como los cambios adversos en el equilibrio de la vida acuática, la erosión costera y muchos otros.
Como otros embalses, los del Dniéper suponen una amenaza potencial de causar grandes inundaciones si fracasan sus presas.
Las presas se supone que son suficientemente fuertes como para sobrevivir a las amenazas terroristas y naturales.
Tanto sus esquemas de construcción y los esfuerzos del gobierno se dirigen a este objetivo.
[2] Sin embargo, los embalses del Dniéper suponen una amenaza o riesgo especial debido al hecho de que forman una cascada con una distancia anormalmente corta entre ellas.
[3] La discusión sobre una posible inundación catastrófica reveló otra amenaza mucho más significativa cuando los detalles hipotéticos del incidente fueron estudiados[cita requerida].
En los años posteriores al desastre, hay sugerencias de drenar el embalse debido a que era demasiado superficial.
Las autoridades reafirmaron que el limo peligroso no supone ningún riesgo actualmente si se mantiene intacto el embalse, y desestimó los planes de drenado.
La actualmente inactiva central química de Prydniprovsky (PHZ) ha estado enriqueciendo uranio durante el programa nuclear soviético desde 1948 hasta 1991, preparando la sustancia llamada "torta amarilla".
Los lugares, impropiamente construidos desde el comienzo, han sido abandonados por la industria hace tiempo y siguen en malas condiciones.
La principal preocupación es la cercanía de los basureros tanto al río Dniéper como a las zonas residenciales urbanas.