El culto a Afrodita era el segundo más importante, después del de Pafos.
Según la versión del mito de Ariadna recogida por Plutarco,[7] Teseo abandonó a Ariadna en Amatusa, donde murió al dar la luz a su hijo y fue enterrada en una tumba sagrada.
[3] Su lengua no griega se ha visto confirmada por las inscripciones encontradas escritas en silabario chipriota, que únicamente sobrevivió en el mundo egeo de la Edad del Bronce Final y continuó en uso hasta el siglo IV a. C. Se construyó sobre unos acantilados y tenía un puerto natural.
Se han hallado varios enterramientos y cerámica eubea del siglo X a. C. Durante el periodo postfenicio del siglo VIII a. C., se erigió un palacio y se construyó un puerto, cuyos barcos comerciaban con Grecia continental y el Próximo Oriente.
[14] [15] Del 385 al 380 a. C., el filoheleno Evágoras I, rey de Salamina, se enfrentó con Amatunte, en conjunción con Citio y Solo;[16] después de la muerte de Alejandro Magno la ciudad resistió a la anexión, y fue obligada a entregar rehenes a Seleuco.
En el siglo IV, Amatunte fue sede de un obispado cristiano y continuó su florecimiento hasta el periodo bizantino.
Las tumbas fueron saqueadas y las piedras de los edificios fueron llevados a Limasol, para utilizarlas en nuevas construcciones.
Otros objetos arqueológicos encontrados durante las excavaciones se conservan en el Museo de Chipre en Nicosia, así como en el Museo Arqueológico del Distrito de Limasol.
Las columnas de mármol del ágora están decoradas con adornos en espiral, hay enormes recintos pavimentados.
Los grandes santuarios de Adonis y Afrodita no han sido identificados.