Esta práctica reducía el número de reclamantes al trono, provocando en varias ocasiones que la línea sucesoria otomana casi desapareciera.
Cuando Ahmed murió en 1617, su hijo mayor tenía sólo trece años, y por primera vez en catorce generaciones, el Consejo Imperial alteró la sucesión de modo que el hermano del sultán accediera al trono como Mustafá I, de veinticinco años.
Se hizo común confinar hermanos, primos y sobrinos en la Jaula, generalmente a más tardar cuando abandonaban el harén (las estancias privadas de las mujeres) sobre los doce años, al iniciar la pubertad.
Allí solo tenían la compañía de sirvientes y las mujeres del harén, ocasionalmente también sultanes depuestos.
Fue confinado a la Jaula por su tío (Abdülaziz) y había permanecido allí durante los reinados de sus tres hermanos mayores.