A su vez, su obra influye en Fluxus, el arte de performance y la instalación artística.
Estudió composición con John Cage en su famosa clase en la New School for Social Research, pintura con Hans Hofmann e historia del arte con Meyer Schapiro.
Los “happenings” empezaron como eventos estrictamente planeados, en los que la audiencia y los performers seguían señales para experimentar el arte.
Es participativo e interactivo, cuyo objetivo es derribar “la cuarta pared” entre artistas y espectadores, así observadores no solo pueden “leer” la pieza, sino también interactuar con ella, volviéndose parte del arte.
Su trabajo evolucionó, y se volvió menos organizado e incorporó más actividades cotidianas.
Los Happenings más famosos de Kaprow empezaron entre 1961 y 1962, cuando llevó estudiantes o amigos a un sitio específico para realizar una pequeña acción.
Como el dramaturgo canadiense Gary Botting lo describe: “Los ‘visitantes’ entraban a través de una puerta vieja, y caminaban por un oscuro, estrecho corredor y subían hacia una plataforma iluminada por un ordinario foco de luz incandescente.
En una pequeña cueva, a la que solo se podía ingresar subiendo por una escalera, un performer cortaba, salteaba y distribuía papas hervidas.
Botting señaló que “Eat” apelaba a todos las sensaciones y sobreañadido a eso estaba el rítmico, repetitivo tictac de metrónomos configurados como el latido del corazón humano, simulando tambores ceremoniales.
A través de los happenings, la separación entre vida, arte, artista y audiencia se vuelve difusa.
Estos happenings usaban elementos desechables como cartones o latas haciéndolos más baratos para Kaprow, pudiendo luego transformar sus obras de arte a cada rato.