Éste habría utilizado sus obras históricas para documentarse en la redacción de Salammbô.
Sin embargo, no era al favor imperial que debía estos altos cargos.
[5] En Le Sommeil et les rêves[6] (1861), presentó los resultados de una serie de estudios experimentales: expone a los durmientes a estímulos externos para observar si estos influyen en el contenido del sueño; al despertar a los sujetos a intervalos regulares, notó que los recuerdos de la actividad onírica eran raros, lo que refutaba la idea de que los sueños ocurren permanentemente durante el sueño (hasta entonces, los sueños no estaban situados en una estructura temporal en el seno del durmiente).
[5] Hizo varias observaciones que encontramos retomadas por el psicoanálisis o a veces confirmadas por la neuropsicología: el material del sueño consiste en viejos recuerdos enterrados que ciertos acontecimientos del día anterior han revivido; los sueños no son tan incoherentes como parecen, pero como las ideas se presentan en forma de imágenes y como la conexión entre ellas se realiza por analogía, estos vínculos se vuelven generalmente incomprensibles para nosotros cuando nos despertamos.
Muchas personalidades comentarán este sueño de Maury -como Sigmund Freud y Theodor Reik- para comprender distintas facetas del funcionamiento psíquico (Tréhel, G., 2018).