Alfred Beit

Fue aprendiz en Jules Porgès & Cie, la firma de diamantes en Ámsterdam, donde desarrolló un talento para examinar piedras.

Doce años después, vendió aquella parcela de tierra a un considerable precio.

Tuvo una amistad empresarial con Cecil Rhodes a través de su rol en la Kimberley Central Company.

Concentró su principal atención hacia la Kimberley Central Company con el objetivo de expandir sus intereses.

[1]​ En 1886 Beit amplió sus intereses hacia las recién descubiertas minas de oro en Witwatersrand y obtuvo una gran recaudación.

En sus aventuras empresariales en el lugar, trabajaron los financieros Hermann Eckstein y Sir Joseph Robinson.

Supuestamente Rhodes recibió concesiones del rey matabele Lobengula, debido a que Beit había fundado la Compañía Británica de Sudáfrica en 1888.

[3][2]​ Durante su vida, Beit hizo generosas donaciones para la educación y la investigación científica.

Alfred Beit, (1905)
Señora Laura Beit (madre de Alfred y Otto Beit), por Leopold von Kalckreuth
Cecil Rhodes (izquierda) y Alfred Beit (derecha)
Imperial College London