El puente fue financiado y planificado por el Beit Trust, una fundación presidida en aquel tiempo por Sir Henry Birchenough, a quien debe su nombre la estructura, y cuyas cenizas están enterradas debajo del puente.
[1] El puente fue financiado (con un coste de 145.000 libras) y planificado por el Beit Trust.
Fue construido por la compañía británica Dorman Long, y se terminó en 1935.
El pueblo que surgió junto al puente se ha convertido en el centro de una pequeña zona agrícola.
Esta restricción ha implicado la reducción de las actividades comerciales en las áreas cercanas.