Alfonso de Brasil

La llegada de Alfonso también fomentó una relación más cercana y feliz entre sus padres, que no se habían casado por amor.

Todavía contaba con una heredera: su hija Isabel, pero no estaba convencido de que una mujer pudiera llegar a ser un sucesor adecuado.

[4]​[5]​ Luis Alves de Lima e Silva (entonces barón y luego duque de Caxias) escribió a su padre: «Nadie estuvo más feliz que yo con las noticias [del nacimiento del príncipe]».

[4]​[5]​ El joven príncipe se parecía a su padre, en particular, su rostro, cabello y ojos.

[7]​ Debido a su género y posición como príncipe heredero, se convirtió en el centro de atención, en especial, para Pedro II.

[8]​ Una carta escrita por Pedro II a su hermana mayor María II pocos meses después del nacimiento de su segundo hijo —una niña llamada Isabel— mostraba su alegría: «No hay noticias aquí salvo mi buen estado de salud, el de la emperatriz y los pequeños, que son cada vez más lindos, sobre todo el pequeño Alfonso, quien ya está caminando y dice muchas palabras, todavía medio incomprensibles, lo que aumenta su encanto».

A painted portrait depicting an infant dressed in a blue cap, blue gown and propped up against a lace-trimmed pillow with a forested river scene visible through a curtained window in the background
Una pintura del príncipe Alfonso, c. 1845
A half-length portrait sketch showing the Prince Imperial as a child in a gown with sash and holding the medal of the Order of the Southern Cross
Detalle del príncipe Alfonso, 1845.